jueves, 25 de febrero de 2016

El modelo pólder

Mi última entrada de este blog tenía un fin bastante positivo acerca del futuro de España, ‘el país donde los resultados de las últimas elecciones dan una vista a un futuro un poquitín mejor’, como escribí entonces. Pues bien, entonces era casi noche vieja, un periodo de contemplación y esperanza en que se está lleno de buenos propósitos para el año que viene. Pero ahora, ya de vuelta más que un mes desde mi estancia en Holanda, mi optimismo ha bajado un poco.

Quizás era la gripe que traía de Holanda que me hacía pensar menos positivo. Casi dos semanas en cama con dolores musculares y fiebre no mejora el estado de ánimo, os puedo asegurar, sobre todo porque no me puedo recordar haber tenido algo parecido en mi vida. El tiempo tampoco ayudó mucho a tener una mirada positiva sobre el futuro, aunque debo decir que normalmente las circunstancias temporales no afectan mucho a mí ánimo. Pero había una lluvia continua, casi tres semanas seguidas. Los días eran oscuros y tristes. Tenía que pensar en tantos holandeses que me había dicho: ‘Ah, ¿vives en España? ¡Qué suerte tienes! ¡Siempre buen tiempo!’ Claramente no conocen el clima del Bierzo, donde nubes atlánticas entran en el valle berciano para quedarse allí hasta la última gota de lluvia está exprimida. Hasta el ayuntamiento de Ponferrada prefiere negar la abundancia de lluvia, parece, por pavimentar muchas calles de Ponferrada con adoquines que se ponen resbaladizos cuando se mojan. Adoquines mediterráneos en un clima atlántico: una mala idea.

Pero eran sobre todo las evoluciones políticas las que me hacían perder mi optimismo sobre el futuro de España. Mi esperanza estaba basada en la aparición de los nuevos partidos. Un alivio después de tantos años de hegemonía de los dos partidos tradicionales. ‘Ahora tienen que hacer coaliciones con los nuevos partidos,’ pensé, ‘y van a modernizar y limpiar las instituciones estatales.’ Pero parece que no habrá ninguna coalición. Porque no quieren. Porque no pueden. No lo hacen, en todo caso.

Que casi nadie quiere gobernar con el PP de Rajoy me lo puedo imaginar. Los casos de corrupción se acumulan cada vez más. Da vergüenza ajena cuando Rajoy va a Bruselas para pedir permiso de reducir el déficit público de España más lentamente. En sí mismo un buen propósito, pero quizás menos convincente cuando viene de un líder de un partido cuyos políticos saben cambiar millones de euros de dinero público en dinero privado, lo que no exactamente ayuda a reducir el déficit público. El PP tiene que salir del poder y limpiar sus filas cuanto antes.

Pero tampoco Ciudadanos y Podemos quieren gobernar juntos. No lo entiendo. Creo que los dos quieren más o menos cambiar España en un país escandinavo. Dinamarca parece ser el ejemplo. Me lo puedo imaginar. Casi todo el mundo quiere vivir en un país como Dinamarca, ¿verdad? Espero que entiendan que el estado de bienestar de Dinamarca no se construyó por decreto. Era un proceso lento de años y años con partidos políticos formando coaliciones para las cuales era necesario negociar, hacer concesiones y organizar reuniones con los sindicatos, los patronales, los movimientos sociales, vale, con todos los grupos de la sociedad.

Es lo que en Holanda llamamos el modelo pólder. Un pólder es un gran terreno que está abajo del nivel del mar. Tiene que ser protegido por un dique alrededor y en los viejos tiempos se utilizaba molinos del viento para echar el agua en el canal que está alrededor del dique. Si no se mantiene el dique y los molinos habrá inundaciones y todos vamos a hundirnos. Entonces, se tiene que colaborar, hablar, organizar reuniones para decidir quién hace qué tarea: el modelo pólder. Quizás es el modelo adecuado para España donde la corrupción política y el desempleo amenazan con inundar el país.


pólder

4 comentarios:

  1. Nadie quiere compartir el pastel, cada uno de los 4 partidos quiere comerselo sin compartir con nadie...

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  2. Exacto. Pero la realidad exige otra solución. Vamos a ver ....

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  3. Me juego la mano a que vuelve a haber elecciones...con intenciones claras, no tener que repartir el pastel con nadie.

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  4. en Catalunya se llegó a un pacto, por cierto muy criticado en España. por lo que no tengo muchas esperanzas de que ellos puedan llegar a uno parecido.

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