lunes, 19 de marzo de 2018

El día del padre

Hoy, el 19 de marzo, es el día de padre en España. En Holanda lo celebramos siempre un domingo, el 19 de mayo este año. Mientras en Holanda se trata sobre todo de una fiesta comercial, en España se celebra el día del padre en el santo de José, el padre adoptivo de Jesús. Que los Josés por esta razón también se llaman Pepe, (de pater putativus) es algo que tardé en saber. En una reunión familiar me hice una vez bastante impopular por expresar mi asombro por el hecho de que el día del padre se celebra en el santo de José, mientras según la biblia este no era el verdadero padre de Jesús. 'Ahora este holandés también nos va a decir cómo tenemos que celebrar el día del padre,' casi pude oir a mi suegro pensar.

Los santos no se celebran en Holanda, que yo sepa. Para mí era una sorpresa cuando mi mujer Ana recibió tantos mensajes el 26 de julio. Como casi la mitad de las mujeres españolas se llaman Ana, debe haber un tsunami de mensajes y llamadas en esta fecha. Lentamente aprendía que muchas celebraciones o festivos nacionales o locales tienen que ver con santos: Santiago en el 25 de julio por ejemplo. Además hay muchos santos que son conectados con apariciones de Maria, como Carmen, Pilar y, aquí en Ponferrada, Encina. No creo que haya ningún día específico de María. Cuando una chica que se llama María pregunta cual día es su santo, los padres pueden decir algo como: ‘Casi todos los días son santos de María.’ La verdad es que algunos festivos católicas pueden sorprender a un guiri en España, cuando este, con la bolsa de compras en sus manos, encuentra la puerta de una tienda cerrada o espera desesperadamente un autobus el 25 de julio, como pasó a mí en unas de mis primeras vacaciones. Por cierto, lo mismo debe pasar a los extranjeros en Holanda el lunes de Pacua, el lunes de Pentecostés o el día de la ascención, los cuales son festivos allí.

Hoy no es un festivo. Puedo hacer mis compras, como en cualquier otro día. En muchas familias dan regalos y felicitaciones a los padres o a los Josés o Pepes. Aunque no tengo hijos, este año era la primera vez desde la muerte de mi padre que tuve pensado el día del padre. Mi pobre suegra, tan atónita por sus enfermedades, dolores, vejez y medicinas, cada vez más me llamaba con las palabras ‘¡Papá, papá!’ cuando yo estaba trabajando en la cocina y ella necesitaba algo, como también llamaba por su madre cuando estaba Ana. El momento que entré en su habitación supo que se había confundido y se corrigió. Una noche en la cama no pude contenerme y dije a Ana: ‘Estoy muy curioso con cual regalito tu madre me sorprenderá el 19 de marzo; al menos quiero un desayuno en la cama.’ Que los hijos sirven un desayuno en la cama es una costumbre en el día de la madre y del padre en Holanda. Por suerte Ana pudo reír de mi broma un poco sosa. En tiempos duros el humor puede dar alivio por un momento breve.

Desgraciadamente mi suegra Lauri ya no está aquí. La única persona que me llamaba regularmente papá falleció hace dos semanas. Perdimos a una madre y también un poco a una hija, al menos así lo sentimos. Espero que con el paso del tiempo la tristeza y el dolor disminuyan sin que los recuerdos bonitos desaparezcan.